lunes, 5 de enero de 2009

Interesante escrito ( Torneos de deformación)

Profeso por Joan Golobart un profundo respeto y admiración , de la gente de fútbol que conozco y con los que he tenido el privilegio de coincidir ( y son muchos ) , es para mi sin duda uno de los mas coherentes en el trato que le da a todo lo que rodea el fútbol. Posiblemente el estudio de las situaciones propias en el fútbol , su afán por ayudar al club de su vida sin esperar recompensas ( el RCD Espanyol ) y su experiencia en la élite le han formado una visión menos apasionada y mas realista , siendo sus escritos en la Vanguardia de lectura obligada mas allá de estar a favor o en contra de lo que expone . Esta Navidad se ha desarrollado un torneo mal llamado alevín , donde 12 potentes escuadras infantiles de primer año han disputado con las cámaras de televisión por testigo un interesante duelo de canteras donde el FC Barcelona ha salido como claro vencedor . En mi caso he estado en contacto con padres que han ido a Maspalomas a apoyar a sus hijos y he vivido en la cercanía que me ha sido posible el día a día de la competición conociendo algún entresijo que me ha causado mas tristeza que alegría . Navegando por internet además he leido en foros de fútbol cambios de impresión entre padres y a los cuales invito a leer lo que Joan Golobart escribió el sábado pasado en La Vanguardia , esperando que todos reflexionemos un poco sobre este tema y le demos la importancia que realmente tiene . Hace unos días coincidí con un tecnico del fútbol base perico y me quede con una sentencia que acabó de despejar las pocas dudas que albergaba sobre el funcionamiento del fútbol base : " El día que nos dejemos de compromisos con ciertas personas y de devolver favores , podremos hablar de fútbol formativo ; nuestro trabajo se rompe con las imposiciones ." Obviamente no desvelaré a mi interlocutor que en un ataque de sinceridad explicó el funcionamiento a ciertos niveles del fútbol formativo de élite .
Ahí dejo el escrito integro de Golo , escrito el sábado día 3 en La Vanguardia :

TORNEOS DE DEFORMACIÓN ( JOAN GOLOBART)
No hace mucho escribí un artículo sobre lo que era el fútbol cuando yo era un niño y cómo los mayores obsesionados con disfrutar de este deporte bajo nuestra mentalidad lo vamos deformando. No quiero culpar a nadie de algo que puede motivar situaciones negativas, porque todo el mundo actúa con la mejor intención, pero debemos andar con mucho cuidado y mucha responsabilidad.
Al final de cada temporada los alevines de los equipos punteros de la liga española juegan un torneo muy bien organizado en Brunete. A l cabo de unos meses algunos de estos equipos, junto a otros de diferentes países, disputan un torneo internacional en Maspalomas. La idea en sí es atractiva, ya que hacer un viaje y enfrentarse a chavales de otras comunidades y países es como un premio par todos estos equipos. Hasta ahí se podría considerar todo fantástico, pero, cuidado, porque a estos campeonatos les acompañan una serie de vicios que pueden ser muy peligrosos.
El primer aspecto negativo es el valor mediático que está cobrando el asunto. Al comienzo, poca gente conocía esos campeonatos, pero cada vez tienen un reflejo mayor en televisión y en prensa. Esta presencia obliga a hablar en demasía de los chavales. De sus virtudes y de sus éxitos. Gozan de un protagonismo que siempre será contraproducente. Si la gente viviera el día a día de las familias y cómo les influye eso, se echaría las manos a la cabeza. Estos chavales, con el protagonismo que te otorga la televisión, pueden llegar a tener que soportar la presión de ser la seña de identidad de su familia, de su barrio e incluso de su pueblo, y eso, a los 12 años, no es lo que toca. Además, las cualidades que te han permitido brillar a cierta edad por variados factores, ya sean físicos o mentales, pueden disminuir y entonces han de asumir un fracaso para el cual seguramente no están preparados. Entonces no aparecerá ninguna televisión ni ningún periódico a decirles lo guapos que son.
Este año se ha resaltado que el Barcelona se proclamara campeón tanto en Brunete como en Maspalomas. Parece que eso debe de ser una garantía para el futuro éxito de esos chavales. Pero ojo: la generación del Espanyol nacida en 1992 también ganó el mismo año los dos campeonatos. Aquellos jugadores que entonces tenían 12 años tienen ahora 16 y de la plantilla que ganó - debían de ser unos veinte jugadores- ahora sólo quedan en el club dos o tres. Cuidado, porque todos somos responsables de las alabanzas desmedidas y equivocadas que el buen juego de un chaval puede provocar.
Casi siempre esos elogios vienen determinados por lo que los adultos consideramos éxito. Victorias, goles, genialidades son los términos que se manejan. Pero el deporte en la infancia es importante por lo que supone de afán de superación ante los errores y las derrotas, de conocimiento de uno mismo, por la solidaridad con los compañeros, por el juego limpio. Y en último lugar pondríamos los goles, las victorias y las genialidades. Pienso que la intención de los organizadores es sana e intentan fomentar esos valores tan importantes, pero el desarollo en forma de campeonato hace que acabe imponiéndose el criterio de vencedores y vencidos, de mejores y peores.
Otro problema es el manejo por parte de algún club de estos torneos. Si quieres lograr un buen puesto para dar una imagen de gran cantera no tienes más que buscar jugadores de mucha presencia física, crear un ritmo de juego superior al que se supone a esa edad, jugártela muy poco en el centro del campo, huyendo de los uno contra uno, y asegurar la defensa. Te servirá para llegar lejos y el equipo saldrá mucho por la tele. Pero el aprendizaje de los chavales será mínimo y los habremos exprimido para mayor gloria de nuestros clubs.

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